En el suroccidente de Barranquilla hay 17 pandillas plenamente identificadas por la Policía. Según la institución, esos grupos son los que más generan problemas de orden público en esos sectores.
barrios como La Sierrita, Santuario y Carrizal concentran el mayor número, sin embargo, habitantes de otros sectores como Rebolo y La Chinita, entre otros, también sufren el accionar de esas pandillas.
Según Zoilo Asprilla, intendente de la Policía Metropolitana de Barranquilla y conocedor del fenómeno del pandillismo; el problema que hoy se vive con estos grupos tiene sus raíces en la descomposición familiar que existe en los hogares de los jóvenes que integran las pandillas y la falta de políticas de prevención por parte de las autoridades.
“Yo siempre he criticado la poca implementación de políticas de prevención. Ahora, cuando empezamos un proceso y por falta de recursos nos quedamos en la mitad, eso se nos convierte en un problema mayor, pero con M mayúscula, porque muchos de esos jóvenes piensan que los engañaron, que los utilizaron con fines políticos y retornan con más fuerza”, afirma el uniformado.
Agrega el Intendente que el verdadero peligro de no actuar con “prontitud y sostenibilidad institucional” frente al flagelo es el riesgo de que sus integrantes sean reclutados por grupos armados irregulares, bandas criminales, o simplemente evolucionen en sus estructuras y adquieran mayor poder de acción, como ya sucede con Los Grasa y Los 40 Negritos en los barrios El Ferry y 7 de Abril.
Al respecto, habitantes de barrios como Rebolo, La Chinita, Carrizal, Santuario y 7 de Abril, en diálogo con EL HERALDO, manifestaron que a los jóvenes en esos sectores les están ofreciendo hasta $800 mil mensuales para ingresar a reconocidas bandas criminales y convertirse en sicarios o extorsionistas al servicio de esas organizaciones.
“El problema hay que atacarlo ahora para que Barranquilla no sufra lo de otras ciudades como Medellín y Cali. Esto no es solo con represión, es necesario desintoxicarlos, ofrecerles educación y oportunidades de trabajo”, aseguró el ciudadano que por seguridad prefirió no dar su nombre.
Actualmente, la Policía ha intervenido más de 12 grupos de las cerca de 46 pandillas que conviven en Barranquilla y su área metropolitana.
No repetir errores. Aniano Iglesias Donado preside la Fundación La Verdad. Con su experiencia, forjada en las caóticas trincheras de la droga, trabaja en la resocialización de jóvenes pandilleros con problemas de drogadicción.
“Yo fui un adicto que logró recuperarse. Ahora soy terapeuta relacionado con adicciones y comportamiento humano”, relata Aniano con la serenidad del que hoy da charlas a jóvenes que están y estuvieron en pandillas, así como a estudiantes, tratando de concientizarlos sobre el peligro que representa “inhalar cocaína, fumar marihuana o cualquier otra droga”.
“Empecé a trabajar con jóvenes pandilleros hace más de 15 años en el barrio Las Moras de Soledad. Ahí se realizó un trabajo en el que 35 de ellos se lograron resocializar”, afirma Iglesias Donado, agregando que lo alcanzado estuvo a punto de perderse por el cambio de administración.
Hoy, lo que pasó en Las Moras podría repetirse, narra Iglesias Donado. “En el barrio La Luz logramos hacer un trabajo importante con jóvenes de la desaparecida pandilla de los RR, de hecho la Fundación, con sus propios recursos y de la mano de la Policía con el programa Jóvenes a lo Bien, la Gobernación y el Sena, ha seguido ayudándolos porque no considera justo dejar a esos muchachos en el aire”.
Expandilleros como Jesús Francisco y Gian Carlos Torres Feria, así como el Intendente Asprilla corroboran lo dicho por Iglesias Donado.
“La Fundación nos dicta charlas y constantemente hacen acompañamiento. Nos tratan como si fuéramos sus hijos y siempre buscan orientarnos”, relata Gean C. Torres, antiguo miembro de los RR.
Por su parte, el intendente Asprilla comenta que concretamente con esa expandilla el proceso va en su segunda fase, a pesar de que actualmente no hay recursos.
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