martes, 26 de febrero de 2013

Un muerto y destrozos deja riña entre pandillas

La última vez que los familiares de Carlos Andrés Ardila Cortez lo vieron con vida fue el domingo pasado, a las 9 de la noche. A esa hora llegó a su casa, en la cuarta etapa de Blas de Lezo, se cambió de ropa y dijo que iba a acompañar a su novia a su hogar, en El Carmelo. En el camino, la tragedia lo sorprendió.

Caminaba por la Avenida Kennedy, sector el Poste Rojo, entre El Carmelo y Blas de Lezo, cuando quedó en medio de un enfrentamiento de pandillas de esos dos barrios, recibiendo un balazo en el lado izquierdo del pecho, que selló su fatal destino.

En un intento desesperado por salvarle la vida, la novia del herido, de 26 años, lo montó en una moto y llevó a la urgencia de la Clínica Blas de Lezo. Allí lo metieron a la sala de cirugías de inmediato, pero la herida fue certera y murió mientras lo intervenían.

Allegados a la víctima aseguran que un pandillero al que apodan ‘el Piña’, que es de El Carmelo, es quien, supuestamente, le dio el balazo en el pecho a Ardila Cortez.

La riña entre las pandillas también dejó caos y destrozos. Vecinos de La Central, El Carmelo y Blas de Lezo aseguran que salieron afectados, pues los jóvenes que se enfrentaban arrojaron piedras y palos a las casas, afectando por lo menos 30 viviendas, a las que le partieron ventanas y techos. La Policía busca a los responsables del hecho.

No pudo trabajar

Carlos Andrés Ardila era el segundo de cuatro hermanos y vivía en la casa de sus padres. Estudió plomería en el Sena y estaba a punto de empezar a estudiar nuevamente. Sus parientes dicen que el últimamente estaba buscando empleo y que nunca había estado metido en líos de pandillas, y que tampoco conocía al sujeto que le dio el balazo.

Dicen que el día de su muerte, el domingo, se levantó temprano y salió con su novia. Con ella estuvo todo el día, pero a las 9 regresó a la casa y volvió a salir.

“Cuando le dieron el balazo la novia lo socorrió. Ella dice que antes de llegar a la clínica él estaba consciente. ‘Nunca me olvides’, le dijo a la novia antes de que llegaran a la clínica. Luego, se desmayó y no reaccionó más. Murió cinco minutos después. No es justo lo que le pasó”, relata entre lágrimas Andry Ardila, hermana de Carlos Andrés.

Piden ayuda

Vecinos de estos barrios piden acciones claras a las autoridades que permitan controlar la guerra entre las pandillas, que aseguran viene de hace unos cuatro años atrás, dejando varias víctimas mortales.

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