miércoles, 22 de mayo de 2013
miércoles, 10 de abril de 2013
Pandillero mató a una persona e hirió a tres en el Barrio Las Nieves de Barranquilla
Habitantes del barrio denunciaron que a pesar de las
quejas sobre presencia de pandilleros en ese sector hay poca vigilancia
policiva para controlar la situación.
na fiesta familiar terminó en tragedia en el barrio las Nieves al sur oriente de Barranquilla, hasta donde llegó un sujeto perteneciente a una pandilla del sector al que le impidieron ingresar a la celebración.
El hombre enfurecido la emprendió a tiros contra los asistentes causándole una herida mortal a Grevis Adrian Polo Triviño de 18 años, quien falleció cuando era trasladado a un hospital cercano.
En los hechos también resultaron heridos otros dos familiares de Polo Triviño y un habitante de la calle que merodeaba el lugar y fue alcanzado por las balas del agreso
El hombre enfurecido la emprendió a tiros contra los asistentes causándole una herida mortal a Grevis Adrian Polo Triviño de 18 años, quien falleció cuando era trasladado a un hospital cercano.
En los hechos también resultaron heridos otros dos familiares de Polo Triviño y un habitante de la calle que merodeaba el lugar y fue alcanzado por las balas del agreso
Policía logró que 20 jóvenes pandilleros entreguen sus armas en Barranquilla
Son jóvenes del barrio El Bosque que desde ya entrarán al programa “Jóvenes a lo Bien”.
Con
el eslogan “Barranquilla sin pandillas, que maravilla”, la Policía
Metropolitana inició un ambicioso programa de resocialización de jóvenes
en situación de alto riesgo y que hacen parte de diferentes pandillas
en distintos puntos de la ciudad y su área metropolitana. Ambicioso
porque el objetivo es lograr que estos jóvenes abandonen las pandillas y
se dediquen a actividades deportivas, recreativas, educativas y que a
través de las capacitaciones que les brindará la Policía Nacional les
sirvan a la comunidad y se labren un mejor futuro.
Como regalo a la celebración
del Bicentenario de nuestra ciudad, el equipo de trabajo de la Policía
Comunitaria, entrega hoy a Barranquilla 20 jóvenes que a partir de hoy
dejarán de ser pandilla, entregarán sus armas y con el acompañamiento de
la Policía Nacional entrarán al programa “Jóvenes a lo Bien” y
trabajarán por el beneficio de la comunidad del barrio el Bosque de esta
ciudad.
La Policía Nacional liderará la
capacitación de estos jóvenes, quienes entrarán a recibir talleres de
creación de microempresas, manualidades, cursos de liderazgo entre otros
programas que les será de mucha ayuda en su diario vivir.
La entrega de armas se realizará en calle 63D con carrera
9K, y contará con la presencia de la alcaldesa del Distrito Doctora
Elsa Noguera, el señor comandante de la Policía Metropolitana Brigadier
General José Vicente Segura Alfonso y demás autoridades del distrito.
En el mismo lugar
se entregarán 150 uniformes para jugar futbol a niños del sector que
hacen parte de campeonatos infantiles que se realizan en el sector.
Pandillas infantiles y otros líos
Miles de afectados ni siquiera son conscientes de su condición.
Niños que a los 10 años ingresan a pandillas son parte de la realidad
barranquillera, según un estudio reciente de las universidades del Norte
y del Atlántico. Además, miles de ojos han contemplado dicha verdad.
A diario se habla del deporte y la cultura como agentes salvadores de la infancia y la juventud. Pero
también encontramos que existe una Secretaría de Recreación y Deporte
que carece de verdaderas escuelas de formación y que se dedica a hablar
de una pista atlética que no ha puesto.
Sumemos el hecho de que las palabras biblioteca y librería aún son desconocidas para la mayoría. Miles
de afectados ni siquiera son conscientes de su condición y para
favorecerlos con programas como ‘Universidad al Barrio’ hasta tienen que
ir a buscarlos a sus casas.
Como si fuera poco, gran parte de quienes educan hoy, fueron formados ayer con los baches propios de nuestro vivir. Hay
muchos maestros de escuelas (no es una generalización) arropados por la
mediocridad, a tal punto que no leen ni las caricaturas.
Lo anterior no es el descubrimiento del agua tibia, ni el afán de decir
que nuestra ciudad no florece. Sólo creo que vivimos en un desgastante
círculo vicioso en el que no hay variantes radicales.
Mientras se busque que la mayoría de individuos sean simples máquinas
consumidoras, seguiremos siendo un pueblo con varios hoteles de cinco
estrellas, pero con tugurios dignos de película y vías angostas que
reflejan la estrechez mental de nuestra dirigencia.
Avanza plan de ayuda a pandilleros en Barranquilla
La atención a 2.600 jóvenes entre los 14 y 20 años que pertenecen a
95 pandillas juveniles que tienen presencia en diferentes barrios de la
ciudad, es el reto que se planteó el Distrito para el 2013.
El proyecto arrancó con un estudio denominado 'Intervención psicosocial a jóvenes en situación de riesgo pertenecientes a pandillas en el Distrito de Barranquilla', desarrollado por las universidades del Atlántico y la del Norte, el cual permitió estudiarlas y georeferenciarlas.
"Se contempla asegurar el acceso a los diversos programas de la oferta institucional, a fin de que los jóvenes sean beneficiarios de los servicios de educación, empleo y deporte, entre otros, que adelanta la administración", propone el estudio que esta semana fue presentado oficialmente.
"Implementaremos las acciones necesarias para generar oportunidades de estudio a estos jóvenes", anunció el alto Consejero para la Seguridad y la Convivencia, Guillermo Polo, quien explicó que se están preparando una serie de intervenciones de tipo social en algunos barrios de la Localidad Metropolitana, suroccidente, que están estigmatizados por las pandillas.
El estudio plantea entre otras acciones la organización de torneos barriales de fútbol como estrategia integradora de algunos sectores divididos hoy por el conflicto entre pandillas.
El proyecto arrancó con un estudio denominado 'Intervención psicosocial a jóvenes en situación de riesgo pertenecientes a pandillas en el Distrito de Barranquilla', desarrollado por las universidades del Atlántico y la del Norte, el cual permitió estudiarlas y georeferenciarlas.
"Se contempla asegurar el acceso a los diversos programas de la oferta institucional, a fin de que los jóvenes sean beneficiarios de los servicios de educación, empleo y deporte, entre otros, que adelanta la administración", propone el estudio que esta semana fue presentado oficialmente.
"Implementaremos las acciones necesarias para generar oportunidades de estudio a estos jóvenes", anunció el alto Consejero para la Seguridad y la Convivencia, Guillermo Polo, quien explicó que se están preparando una serie de intervenciones de tipo social en algunos barrios de la Localidad Metropolitana, suroccidente, que están estigmatizados por las pandillas.
El estudio plantea entre otras acciones la organización de torneos barriales de fútbol como estrategia integradora de algunos sectores divididos hoy por el conflicto entre pandillas.
martes, 12 de marzo de 2013
Pandillas ascienden a más de 1.300 en Bogotá
El 90 por ciento de sus integrantes consume droga. La mayoría están conformadas por menores de edad.
A los 13 años, alias 'Pelusa' manipuló por primera
vez un arma de fuego. La disparaba para 'asustar' a sus enemigos. Y con tan mala
suerte que, en una ocasión, uno de ellos respondió con buena puntería y le
'pegó' dos tiros.
Tiene 17 años. A su hermano le decían de la misma
manera, por su pelo esponjoso. Este sobrenombre le dio vida a 'Los Pelusas', una
pandilla juvenil de la que él y sus dos hermanos -hoy en la cárcel- eran
líderes.
"Salíamos a farrear. Éramos drogadictos y nos gustaba
mucho la marihuana... cuando nos encontrábamos íbamos a los colegios a conocer
niñas", afirma este adolescente, que a los 9 años comenzó a fumar, a los 11 se
tatuó y a los 13 probó la droga. Hoy, es adicto al cigarrillo y al
licor.
Le gustaban los 'bailaos', es decir, darse plomo con
los de 'La 90' o 'La Warner', otras pandillas de Engativá. En esta localidad hay
unas cinco. "Creamos el grupo para cuidarnos a nosotros y a nuestros vecinos",
cuenta.
Más de 1.300 en la ciudad
En Bogotá, según cifras a 2008 del Instituto
para la protección de la Niñez y de la Juventud (Idipron), existen 1.319
pandillas juveniles con cerca de 20.000 integrantes.
La mayoría se dedica a hurto a personas, residencia y
comercio. Portan armas blancas y de fuego. Suelen ser de estratos 1 y 2 y tienen
entre 15 y 20 miembros, en promedio. Muchos, menores de edad.
Están en Fontibón, Ciudad Bolívar, Usme, Bosa,
Engativá, Kennedy y Usaquén, principalmente. En estas dos últimas localidades
hay pandillas conformadas por varios miembros de la familia.
Según Víctor Velásquez, ex jefe de la Unidad Especial
para Adolescentes de Bogotá, el 90 por ciento de quienes las integran son
consumidores. Fuman, sobre todo, marihuana.
"En Kennedy hay una que les quita los útiles
escolares a los estudiantes y les piden diez mil pesos para devolvérselos",
indica. En Usme, cobran cuotas de 20 mil para no robar a los dueños de negocios.
En Ciudad Bolívar, hurtan a tenderos y a vehículos.
"Muchos de sus integrantes son menores de edad
huérfanos, desplazados, sin opciones de estudio", dice el comandante de la
Policía de C. Bolívar, Nelson Arévalo. Allí, dice, ya identificaron a 7
pandillas.
"Los padres abandonan a sus niños y estos buscan
protección en el líder de una pandilla", agrega Claudia J. Sánchez, psicóloga de
la Policía.
Carmen, madre de alias 'Pelusa' vende dulces en la
calle. Es separada. "Se ha vuelto agresivo y me lo amenazaron de muerte", dice.
Ella solo quiere que su hijo estudie. Afirma que ya dejó la
delincuencia.
'Buscan el dinero fácil'
Por qué los jóvenes ingresan a las
pandillas
Por abandono de sus familias, influencia de amigos, diversión, falta de
oportunidades, necesidad de defensa y ganar dinero fácil, dice la psicóloga
Claudia Yaneth Sánchez.
"Incursionan en los delitos para tener poder y reconocimiento ; quieren
infundir respeto, sembrando miedo", agrega la psicóloga jurídica Ana María
Guerrero. No estudian, suelen ser agresivos y tener baja autoestima. Los
pandilleros tienen su propio lenguaje y forma de vestir. Usan tatuajes, pearcing
y manillas y para ingresar a la pandilla cumplen retos casi siempre delictivos.
"Nosotras cargábamos las armas"
Hija de padres separados. A los 15 años entró a 'Los Cobra', una
pandilla de Ciudad Bolívar. Allí duró 10 años. Chupaba pegante y metía
marihuana. Delinquía.
"La mayoría éramos jóvenes. Robábamos para consumir droga... Quedé embarazada
a los 18 y me fui a vivir con el papá de mi hijo, pero él me pegaba, me
apuñalaba...".
"Éramos como 40. Hoy la mitad están muertos y los demás, en la cárcel. Yo me
prestaba para cargar armas. Había mucho vicio y atracábamos en buses y
supermercados... Nos tenían respeto", cuenta una joven ex pandillera, quien fue
testigo de violaciones, balaceras con otras pandillas y homicidios.
Otra joven, quien fue parte de las barras bravas desde los 11 años (estas se
consideran pandillas cuando sus miembros delinquen y se drogan), llegó a la
indigencia por el vicio. "Empecé con alcohol, marihuana, luego bóxer, perico,
pepas y terminé en el bazuco", relata.
En este grupo, del cual se alejó hace dos años, robaba para comprar una
boleta, consumir droga o ganar respeto; atacaba a los hinchas de otros equipos;
portaba armas blancas. Hoy es madre de familia y quiere terminar su carrera profesional.
Ecuador tiene 712 pandilla
La revista estadística de la Fiscalía General del Estado, editada por la Dirección Nacional de Política Criminal, da cuenta que el subdesarrollo ha permitido el auge de las pandillas juveniles y el incremento de la delincuencia.
La publicación sostiene que el acentuado proceso de urbanización que experimenta el país, que despuntó con mayor énfasis desde la década de los 70, dio inicio al modernismo urbano y el descuido del agro y del sector rural.
Agrega que la década de los 80 marcó más las diferencias de atención a estos sectores, a lo que se debe sumar las dos reformas agrarias, que fueron desencadenantes para el creciente flujo migratorio: campo-ciudad, con el que se fueron configurando los barrios urbano-marginales, en las periferias de grandes ciudades como Quito y Guayaquil.
En esas urbes crecieron las demandas de servicios básicos como agua, energía eléctrica, educación, salud, entre otras.
La Fiscalía toma como fuente al censo de población de 2001 del Instituto Nacional de Estadística y Censos , con proyección a 2008 y señala que la insatisfacción de estas demandas, en el orden político genera ingobernabilidad, mientras que en el aspecto social se evidencia en el auge de pandillas juveniles y crecimiento de la delincuencia.
Da cuenta también que de la población económicamente activa, el 7,03% se encuentra desempleada (2008) y el 48,08% se halla subempleada. Este último porcentaje demuestra que casi la mitad de la población no tiene un empleo formal que le brinde un ingreso por lo menos igual al salario unificado legalmente establecido. Tampoco su actividad se desarrolla en condiciones adecuadas, existe trabajo infantil, prostitución y trata de personas. El 9.10 % de la población no tiene instrucción primaria, un caldo de cultivo para el hampa.
En números
La Revista de Estadísticas Criminológicas de la Fiscalía General del Estado sostiene que en el país existen 712 pandillas, las cuales se encuentran distribuidas en mayor número en las provincias de Guayas, Pichincha, El Oro, Manabí y Chimborazo. Las que menos adolecen de ese problema son Zamora Chinchipe, Cañar y Los Ríos.
Según este estudio, en 2008 en el país 12 mil 30 jóvenes eran integrantes de pandillas, los mismos que en su mayoría se dedican a hechos delictivos como: asalto, robo, consumo y expendio de sustancias estupefacientes y psicotrópicas, ubicándose el mayor número de integrantes en Guayas, Pichincha, Manabí, Santo Domingo de Los Tsáchilas y El Oro.
La publicación sostiene que el acentuado proceso de urbanización que experimenta el país, que despuntó con mayor énfasis desde la década de los 70, dio inicio al modernismo urbano y el descuido del agro y del sector rural.
Agrega que la década de los 80 marcó más las diferencias de atención a estos sectores, a lo que se debe sumar las dos reformas agrarias, que fueron desencadenantes para el creciente flujo migratorio: campo-ciudad, con el que se fueron configurando los barrios urbano-marginales, en las periferias de grandes ciudades como Quito y Guayaquil.
En esas urbes crecieron las demandas de servicios básicos como agua, energía eléctrica, educación, salud, entre otras.
La Fiscalía toma como fuente al censo de población de 2001 del Instituto Nacional de Estadística y Censos , con proyección a 2008 y señala que la insatisfacción de estas demandas, en el orden político genera ingobernabilidad, mientras que en el aspecto social se evidencia en el auge de pandillas juveniles y crecimiento de la delincuencia.
Da cuenta también que de la población económicamente activa, el 7,03% se encuentra desempleada (2008) y el 48,08% se halla subempleada. Este último porcentaje demuestra que casi la mitad de la población no tiene un empleo formal que le brinde un ingreso por lo menos igual al salario unificado legalmente establecido. Tampoco su actividad se desarrolla en condiciones adecuadas, existe trabajo infantil, prostitución y trata de personas. El 9.10 % de la población no tiene instrucción primaria, un caldo de cultivo para el hampa.
En números
La Revista de Estadísticas Criminológicas de la Fiscalía General del Estado sostiene que en el país existen 712 pandillas, las cuales se encuentran distribuidas en mayor número en las provincias de Guayas, Pichincha, El Oro, Manabí y Chimborazo. Las que menos adolecen de ese problema son Zamora Chinchipe, Cañar y Los Ríos.
Según este estudio, en 2008 en el país 12 mil 30 jóvenes eran integrantes de pandillas, los mismos que en su mayoría se dedican a hechos delictivos como: asalto, robo, consumo y expendio de sustancias estupefacientes y psicotrópicas, ubicándose el mayor número de integrantes en Guayas, Pichincha, Manabí, Santo Domingo de Los Tsáchilas y El Oro.
lunes, 11 de marzo de 2013
'Mateíto', un joven de 14 años que se convirtió en el terror de Suba
Niños, con edades que van de los 12 hasta los 16 años, integran la pandilla más violenta del sector.
Este grupo de menores de edad asalta los establecimientos comerciales, rompe los vidrios de las casas, manosea a las niñas que salen al parque a jugar, obliga a los niños a consumir droga junto a ellos y hace retenes en las esquinas para pedir dinero en las noches.
Por ello, miembros de la Junta de Acción Comunal de El Rincón, el barrio más afectado, se reunieron con el comandante del cuadrante 55, para encontrar soluciones.
Sin embargo, la respuesta que recibieron del oficial es que la Policía no puede hacer nada que vaya contra la ley y las normas establecidas.
No es que ellos no quieran colaborar con la ciudadanía sino que la Ley de infancia y adolescencia protege a estos jóvenes y lo máximo que pueden hacer es capturarlos y retenerlos durante dos días.
Los vecinos aseguran que no soportarán más el accionar de la banda. Es tal la situación que uno de los denunciantes aseguró que en algún momento alguien puede actuar en contra de ese grupo de manera radical, incluso recurriendo a la agresión.
Elizabeth Vega, habitante del barrio Amberes, dijo que es peligroso dejar salir a los niños y niñas al parque, pero que la alternativa no puede ser la violencia.
"A pesar de que sé que ellos con el tiempo pueden convertirse en una amenaza para la sociedad, debe existir alguna forma para ayudarlos", afirmó.
Saúl Cortés, subdirector de la Secretaría de Integración Social de Suba, dijo que "la solución más viable es llevar el problema a la policía de infancia, quienes requerirán a los padres de los menores para que vayan a la Comisaría de Familia y les haga un proceso de resocialización".
Además, el subdirector reiteró su apoyo a la solución de este problema y consideró que se debe mirar el entorno familiar para saber con certeza cuál es la situación de los menores y contemplar opciones como vincularlos a una institución escolar o dejarlos a disposición del ICBF, para que les asigne una familia protectora.
Este grupo de menores de edad asalta los establecimientos comerciales, rompe los vidrios de las casas, manosea a las niñas que salen al parque a jugar, obliga a los niños a consumir droga junto a ellos y hace retenes en las esquinas para pedir dinero en las noches.
Por ello, miembros de la Junta de Acción Comunal de El Rincón, el barrio más afectado, se reunieron con el comandante del cuadrante 55, para encontrar soluciones.
Sin embargo, la respuesta que recibieron del oficial es que la Policía no puede hacer nada que vaya contra la ley y las normas establecidas.
No es que ellos no quieran colaborar con la ciudadanía sino que la Ley de infancia y adolescencia protege a estos jóvenes y lo máximo que pueden hacer es capturarlos y retenerlos durante dos días.
Los vecinos aseguran que no soportarán más el accionar de la banda. Es tal la situación que uno de los denunciantes aseguró que en algún momento alguien puede actuar en contra de ese grupo de manera radical, incluso recurriendo a la agresión.
Elizabeth Vega, habitante del barrio Amberes, dijo que es peligroso dejar salir a los niños y niñas al parque, pero que la alternativa no puede ser la violencia.
"A pesar de que sé que ellos con el tiempo pueden convertirse en una amenaza para la sociedad, debe existir alguna forma para ayudarlos", afirmó.
Pandillas infantiles y otros líos / Opinión
Miles de afectados ni siquiera son conscientes de su condición.
Niños que a los 10 años ingresan a pandillas son parte de la realidad barranquillera, según un estudio reciente de las universidades del Norte y del Atlántico. Además, miles de ojos han contemplado dicha verdad.
A diario se habla del deporte y la cultura como agentes salvadores de la infancia y la juventud. Pero también encontramos que existe una Secretaría de Recreación y Deporte que carece de verdaderas escuelas de formación y que se dedica a hablar de una pista atlética que no ha puesto.
Sumemos el hecho de que las palabras biblioteca y librería aún son desconocidas para la mayoría. Miles de afectados ni siquiera son conscientes de su condición y para favorecerlos con programas como ‘Universidad al Barrio’ hasta tienen que ir a buscarlos a sus casas.
Como si fuera poco, gran parte de quienes educan hoy, fueron formados ayer con los baches propios de nuestro vivir. Hay muchos maestros de escuelas (no es una generalización) arropados por la mediocridad, a tal punto que no leen ni las caricaturas.
Lo anterior no es el descubrimiento del agua tibia, ni el afán de decir que nuestra ciudad no florece. Sólo creo que vivimos en un desgastante círculo vicioso en el que no hay variantes radicales.
Mientras se busque que la mayoría de individuos sean simples máquinas consumidoras, seguiremos siendo un pueblo con varios hoteles de cinco estrellas, pero con tugurios dignos de película y vías angostas que reflejan la estrechez mental de nuestra dirigencia.
domingo, 10 de marzo de 2013
Un conflicto entre dos bandas de Villavicencio ha dejado cinco muertos
Los habitantes que se oponen al conflicto son amedrentados con la destrucción de sus bienes.
Armados con revólveres, pistolas, escopetas y hasta una subametralladora;
cubriendo su rostro con trapos y en actitud desafiantes, un puñado de jóvenes
recorre en las noches las calles de Brisas del Guatiquía para evitar que sus
enemigos del Industrial, a quienes llaman 'Los negros', incursionen en ese
sector de Villavicencio.
Los pobladores de Brisas se esconden debajo de
las camas para evitar el impacto de las balas que se cruzan en medio de fuertes
enfrentamientos nocturnos entre los dos bandos.
"Parece una toma
guerrillera, las balas silban por encima de los techos y a uno solo le queda
esconderse con los hijos", dice una habitante del Brisas.
En una esquina
del Industrial hay un muro con bultos llenos de arena que 'Los negros' usan como
trinchera para protegerse en medio de los 'combates'.
El último crude de
fuego entre bandas fue el domingo pasado, horas después del homicidio, en una
esquina del Industrial, de un hombre conocido como 'Benítez' o 'Niche'.
"Todo comenzó porque los del Industrial, que son morenitos, se cansaron
de los atracos y abusos de los que era víctima la comunidad a manos de bandidos
del Brisas y les advirtieron que los iban a sacar a plomo. Entonces los otros se
armaron y comenzó el problema", narra un líder comunal del Brisas.
Las
cifras de la comunidad indican que el conflicto ha dejado cinco personas muertas
-entre ellas una niña víctima de una bala perdida- y por lo menos cuatro heridos
de los dos bandos.
Sin embargo, la peor parte la están llevando los
pobladores y líderes de Brisas que se oponen a lo que está pasando. No solo son
objeto de amenazas sino que a algunos les han derrumbado las casas con mazos y
les han dañado a bala los electrodomésticos y muebles para intimidarlos y
obligarlos a salir del sector.
Una de ellas, tesorera de la Junta
Comunal, denunció a la Fiscalía que el 9 de octubre le destruyeron a
disparos los vidrios y le impactaron la nevera y las sillas.
Mi vida está en
peligro
William Castillo, presidente de la Junta Comunal de Brisas del Guatiquía,
denunció que su vida está en peligro. "El día que atentaron contra la tesorera
dejaron panfletos en los que dicen 'Sapos y a William lo vamos a matar'".
El líder comunal considera que parte del problema se podría remediar con
un CAI en el barrio y reveló que ya tienen el predio para esto.
La otra
parte, dice, requiere de una millonaria inversión en reconstrucción del tejido
social destruido por múltiples conflictos.
Alcalde dice que hay
división sobre el CAI
El alcalde de Villavicencio, Juan Guillermo Zuluaga, manifestó que algunos
miembros de las bandas de Brisas del Guatiquía y del Industrial estarían
buscando acercamientos con la administración local para poner fin al
conflicto.
Sobre la posibilidad del CAI, Zuluaga afirmó que hay división
en la comunidad, entre los que quieren este puesto de control de la Policía en
un predio ubicado allí y quienes prefieren un comedor comunitario y un salón
para capacitaciones.
"Estamos definiendo ese tema para tomar una decisión
que no vaya en contravía de lo que quiere la gente", dijo el
Alcalde.
También habló de programas de reinserción laboral y contra el
consumo de drogas. La Policía Metropolitana anunció que presentará un informe
sobre los resultados de los planes que ha ejecutado en el sector.
Aceptan ser violadas para entrar a pandillas
El diario británico The Guardian publica un informe con testimonios de ex integrantes de gangs londinenses que aseguran que el abuso -aceptado- es visto como medio de acceder a un estatus.
Isha Nembhard, que formó parte de una de estas pandillas violentas en Peckham, sur de Londres, dijo al Guardian que ser violada se había vuelto “normal” entre las muchachas. “Las jóvenes saben en lo que se están metiendo. Duermen con un chico y éste les pide que lo hagan con todos sus amigos. Es un problema de baja autoestima y de deseo de conseguir atención. Saben que no es correcto, pero hacen cualquier cosa para ser aceptadas”, explicó Isha.
“Estas jóvenes se prostituyen a sí mismas al tener relaciones sexuales dentro de la pandilla y ser muy maltratadas”, dice Nembhard, que en su adolescencia vendió droga.
Petrina Cribb, una detective inspectora de la Policía Metropolitana encargada de la prevención del ingreso de mujeres jóvenes vulnerables a la cultura pandillesca, dijo que, aunque el programa que dirige está destinado a las adolescentes desde los 12 años, ella cree que la educación de las jóvenes deben empezar incluso más temprano, en la escuela primaria.
La funcionaria también se mostró muy preocupada por el nivel de ignorancia entre las jóvenes acerca del abuso sexual: muchas de ellas no entienden que ser forzadas a practicar sexo oral es una violación. “Las chicas jóvenes creen que no tienen opción”.
sábado, 9 de marzo de 2013
La reunión entre 'Pascuales' que dejó cinco muertos
Policía dice que se reunieron para 'hablar de control territorial'. Sin acuerdo, se desató tiroteo.
Una intensa balacera, registrada este domingo a las 4:05 de la tarde dentro de un asadero en la calle 164 con carrera 5a., en el barrio Villa Nidia de Usaquén, dejó cinco hombres muertos, según el reporte oficial de la Policía.
Las primeras indagaciones atribuyen la matanza a una disputa interna entre integrantes de la reconocida banda delincuencial 'los Pascuales', que tiene influencia en los sectores de Santa Cecilia, El Codito y Villa Nidia, en el nororiente de la capital.
El coronel Mariano Botero, comandante operativo de la Policía Metropolitana de Bogotá, señaló que en los últimos días uno de los antiguos miembros de esa organización criminal, identificado como Mauricio Guerrero Parada, salió de la cárcel -purgó condena por homicidio y venta de droga- y que en pleno establecimiento público sostuvo una reunión con otros miembros antiguos y nuevos de 'los Pascuales'.
"Se encontraron para hablar de temas de control territorial para el narcomenudeo, pero no llegaron a un acuerdo y se formó la balacera", explicó el oficial. Por varios minutos se registró un intercambio de disparos que terminó con cinco heridos, los cuales murieron minutos después en el Hospital Simón Bolívar.
Además de Guerrero Parada, las víctimas, que tenían antecedentes judiciales, fueron identificadas como Mauricio Piñeros Avendaño, Pascual Guerrero (había salido hace seis meses de prisión), Luis Guerrero Rincón (cumplió una condena hace varios años) y Javier Moisés Schuker, alias 'el Costeño'.
Cerca de 150 hombres de la Policía, apoyados por organismos especiales, se trasladaron al barrio Villa Nidia e iniciaron los operativos en busca de armas y de más miembros de la banda, entre ellos el hermano de uno de los hombres asesinados, que estuvo en el asadero. Anoche se habían incautado dos changones.
La noticia se dio un día después de que el Distrito y la Policía revelaran que el 2012 fue el año con menos homicidios en los últimos 30 años y que tuvo una reducción del 23 por ciento en este delito, con relación al 2011.
viernes, 8 de marzo de 2013
En el Santa María Sur ni los muertos descansan en paz
El panorama que presenta el Cementerio Santa María Sur, en la
actualidad, es desolado: caminos enmontados, bóvedas destruidas, otras
abandonadas a su suerte, ajadas, carcomidas, víctimas de la indiferencia y el
abandono. Como si esto fuera poco, el campo santo hoy por hoy, es una especie
de centro de operaciones o punto de reunión de todo tipo de pandilleros que
aprovechan las zonas enmontadas y el amparo de la oscuridad para cometer sus
fechorías.
Algunos vecinos del sector denuncian uso y abuso de drogas en el
lugar, saqueo y destrucción de las bóvedas y de osamentas para rituales non
santos y otra serie de vejaciones que tienen en alerta a las personas de bien y
a los familiares de aquellos que reposan en esta tierra hoy convertida en hotel
público, en zona de ‘jibareo’ y en ‘caleta’ para delincuentes y pandilleros.
Ayer lunes amanecieron 6 bóvedas destruidas, los restos de los
que deberían estar descansando en paz se asomaban entre los escombros y un olor
a muerte se pasea impávido y tranquilo entre las cruces y las flores yertas.
“Aquí entran hacer de todo, los maleantes hacen un atraco y se
esconden aquí, esconden la droga, las armas. Se meten a tener sexo, a consumir
vicio, mejor dicho hasta a hacer brujería. Vienen a enterrar cosas, a sacar los
restos y sobre todo en esta fecha cuando se acerca octubre”, aseguró la líder
comunitaria Sonia de Agua, una habitante del sector que además tuvo la
oportunidad de desempeñarse durante algún tiempo como secretaria en este
cementerio. “Trabajé hace 4 años aquí y habían problemas, pero ahora esto está
peor”, afirmó.
Lisbeth Yepes, pertenece a la Junta de Acción Comunal del barrio
Santa María y durante el recorrido que realizamos por las instalaciones del
cementerio, en ningún momento dejó de lado un gesto de desaprobación que
traducía su impotencia debido al mal estado en que se encuentran las
instalaciones del cementerio.
“Esto está en un deterioro absoluto. En horas de la noche se
convierte en territorio de pandillas y drogadictos. Aquí se roban las varillas
de las bóvedas, por eso las revientan, se roban las rejas, las matas, de todo,
hacen porquerías de esas de maleficios y eso”, aseguró acompañando sus
afirmaciones con un gesto de indignación. Luego agregó que en pocos días la
Junta se va a reunir con todos los vecinos y afectados para lograr un acuerdo
que termine en la limpieza general de los alrededores del campo santo, la
reubicación de sus bóvedas, la pavimentación de los caminos, levantar a un
mayor nivel sus paredes divisorias y crear un plan de seguridad que involucre y
comprometa a la Policía del cuadrante.
Manuel Figueroa Pérez, es el coordinador y encargado del
cementerio desde el año 2004 y según sus declaraciones el mayor de los
problemas que presenta el lugar es la falta de seguridad y de vigilancia. “Aquí
trabajamos 6 personas conmigo, la secretaria y los demás son los compañeros que
hacen las labores de oficios varios y nosotros estamos aquí hasta las 6 o 7 de
la noche, después esto queda solo y ahí es cuando los ‘coletos’ y los
pandilleros aprovechan y hacen de las suyas”, afirmó.
Figueroa asegura que ellos no tienen en este momento sueldos
fijos ni apoyo de ningún estamento por lo tanto sobreviven de lo que salga en
el día a día y de ahí mismo se saca para el poco mantenimiento del lugar.
“Estamos cansados de solicitar por lo menos un par de vigilantes, un par de
guadañas para ir podando el monte pero la alcaldía ni las autoridades nos
prestan atención. Esto por la noche es tierra de nadie y ahora que se acerca
octubre comienzan hacer sus porquerías la gente que cree en esas cosas, aquí a
cada rato uno encuentra muñecos amarrados, bandejas con tarros de talco y
berenjenas amarradas y un motón de cosas más”, afirmó. Los restos de la madre
de Federico Villalobos reposan en este lugar y las visitas se la han convertido
en una desagradable experiencia. “Resulta que los bandidos ya se meten aquí
viendo a quien le hacen ‘la vuelta’. Ayer me pillé a 3 y me tocó pararme firme,
les mostré el machete para espantarlos. Esto está imposible socio, si ya no se
puede descansar en paz ni cuando se está muerto ahí si que estamos jodidos mi
hermano ”, aseguró indignado Villalobos.
Bacrim siguen reclutando jóvenes en el Sur
Las bandas criminales siguen
reclutando jóvenes en los barrios vulnerables de la ciudad con el fin de
incluirlos en sus actividades delincuenciales, aseguró el alto consejero para
la Seguridad y Convivencia Ciudadana del Distrito, Guillermo Polo, tras
finalizar el Comité de Orden Público realizado ayer en la Alcaldía de
Barranquilla.
Los barrios en los que se ha
detectado esta situación son Los Olivos, La Pradera, Las Estrellas y otros
aledaños, donde el Distrito realiza intervención desde hace varios meses, no
solamente con presencia policial sino con investigaciones y trabajo con la
comunidad.
“Estamos seguros de que estas
estructuras reclutan muchachos en este sector, que ya andan en motos y armados.
Es que ya no son pandillas, hay que hacer la diferenciación de que ahora son
bandas delincuenciales asociadas con las bandas criminales”, dijo el
funcionario distrital.
Agregó que la comunidad de los
sectores afectados ha informado sobre la manera como estos grupos vienen
operando, lo que es objeto de investigación por parte de las autoridades.
Por su parte, el comandante de
la Policía Metropolitana de Barranquilla, general José Vicente Segura, sostuvo
que las bandas conformadas por jóvenes se ponen al servicio de las bacrim, que
aprovechan su organización para cometer delitos.
“Esto es como un curso que
hacen. Inician como pandilleros, luego pasan a ser banda delincuencial, toman
una denominación, tienen un jefe y se ponen al servicio de una banda mayor”,
dijo el Comandante.
Destacó que la Policía ha
identificado 45 pandillas en la ciudad y varias de ellas se han convertido en
bandas delincuenciales que son responsables de delitos como microtráfico,
hurtos y otros.
El oficial hizo un llamado a la comunidad para que informe oportunamente. “Cuando tenemos información previa podemos prevenir los hechos”, agregó.
El oficial hizo un llamado a la comunidad para que informe oportunamente. “Cuando tenemos información previa podemos prevenir los hechos”, agregó.
Igualmente destacó que se
investigan todos estos casos con el fin de judicializarlos. “Estamos esperando
que este paro (de la rama judicial) termine para poder expedir las órdenes de
captura y de allanamientos que requerimos para poder ingresar a estas zonas”.
Ante esta situación se tomó la determinación de que el centro de inteligencia contra bacrim integrado por personal de la Policía, Fiscalía, CTI y Ejército, comience a entregar informes semanales en el Comité de Orden Público.
Ante esta situación se tomó la determinación de que el centro de inteligencia contra bacrim integrado por personal de la Policía, Fiscalía, CTI y Ejército, comience a entregar informes semanales en el Comité de Orden Público.
También anunció la vinculación
al comité del fiscal especializado de la Unidad Nacional de bacrim, Wilber
Guerra, quien tiene a su cargo la región Caribe, lo que reforzará las acciones
contra estas bandas.
El Alto Consejero para la
Seguridad del Distrito informó que se han presentado 47 denuncias sobre
extorsión y que se buscará incentivar esta acción ciudadana a través de un
grupo especializado conformado por unidades del Gaula de la Policía y el
Ejército que manejará las denuncias con reserva de la identidad.
Llamado a terminar el paro
judicial. Guillermo Polo indicó que otro de los temas que se analizó en la
reunión de ayer fue el funcionamiento del sistema en medio del cese de actividades
de la rama judicial que ya cumple más de un mes.
“Hay que señalar que los casos
de flagrancia fueron recibidos gracias a los compromisos adquiridos por los
operadores del sistema, en los delitos de homicidios, hurtos, extorsiones y
lesiones personales agravadas”, dijo Polo.
Agregó que la alcaldesa Elsa
Noguera se encuentra preocupada por este paro que ha frenado las
investigaciones de delitos especialmente en lo referente a órdenes de captura,
allanamientos e interceptaciones telefónicas.
“Tenemos controladas las
audiencias de legalización de capturas y en eso el plan de contingencia ha
funcionado, pero seguimos preocupados por las investigaciones, pues se afecta
la capacidad del Estado para combatir a los delincuentes”, agregó el Alto
Consejero.
Aclaró que hasta la fecha no se
ha presentado un caso vencimiento de términos en la ciudad pero que podría
darse si este paro se extiende.
“El compromiso tanto de jueces
como fiscales es revisar los casos que estén próximos a tener este vencimiento
y comenzar a resolverlos, el llamado que hacemos es que consideren que se está
afectando la seguridad ciudadana”, dijo el Alto Consejero.
Por su parte el comandante de
la Policía de Metropolitana manifestó que suman ya 30 las órdenes de
allanamiento que se encuentran represadas y hay 10 investigaciones que estaban
avanzadas y que también han quedado frenadas como consecuencia del paro
judicial.
“Estamos haciendo el trabajo de
capturas en flagrancia, los procesos judiciales vendrán posteriormente”,
sostuvo el general Segura.
El presidente de la Sala
Administrativa del Consejo Seccional de la Judicatura del Atlántico, Daniel
Enrique García Benítez señaló por su parte que se espera que el paro termine en
Barranquilla antes del viernes.
“Actualmente en otros distritos
se han ido reintegrando los jueces y empleados, aquí los jueces administrativos
están entrando a trabajar internamente los mismo que los jueces de conocimiento
de Ley 906 y muchos jueces civiles, el problema es que Asonal no permite la
entrada al usuario”, indicó García Benítez.
Homicidios aumentaron
El
Comité de Orden Público analizó el comportamiento de los delitos de impacto en
la ciudad, los que aumentaron durante el mes de noviembre, como es el caso del
homicidio, que en el acumulado del año registró un incremento. Se informó que
mientras en el 2011 se registraron entre el 1 de enero y la segunda semana de
noviembre 290 homicidios, en este año van 301 casos, es decir, aumentaron en un
3,8%. Los indicadores de otros delitos como las lesiones personales y los
hurtos de motocicletas y a personas
presentaron una disminuciónmiércoles, 6 de marzo de 2013
Cinco muertos por pelea de una pandilla en el norte de Bogotá
El hecho se produjo en la tarde de este domingo en el barrio El Codito, localidad de Usaquén.
Tres de las personas murieron en el lugar de los hechos y otros dos en el Hospital Simón Bolívar. Hay una persona herida. Las autoridades acordonaron la zona para adelantar las primeras investigaciones que permitan esclarecer este hecho violento. Las identidades de las víctimas no han sido suministradas.Según dijo el coronel Mariano Botero, comandante operativo de la Policía de Bogotá, en una entrevista a Caracol Radio, el hecho violento, ocurrido en la tarde de este domingo, fue provocado por "integrantes de una misma familia. De una generación contra la otra, por el dominio territorial".
De acuerdo con el reporte de las autoridades "aquí lo que ha pasado un hecho de intolerancia. Realmente es un ajuste de cuentas, toda vez que, por discusión, disputa del territorio. Todos pertenecen al mismo clan familiar", al que identificó como 'Los Pascuales'.
La guerra de pandillas desborda a Medellín, con más de 1.250 muertos desde enero
Un grupo de pandilleros celebra la ocupación de un territorio enemigo en Medellín. | EFE
La guerra entre pandillas que se disputan el territorio y operan bajo el mando de narcotraficantes y paramilitares se ha desbordado en la ciudad colombiana de Medellín, donde desde enero se contabilizan más de 1.250 homicidios, lo que ha puesto en alerta a todo el país.
Si bien la violencia se venía registrando meses atrás, en las últimas semanas se ha agudizado en las comunas, los barrios más deprimidos ubicados en las laderas que rodean el centro de Medellín, en el noroeste de Colombia.
A 31 de julio, 2.266 personas habían abandonado sus hogares acosados por la violencia, mientras que los asesinatos ascendían a 1.250, sin contar los registrados en agosto, según el portavoz de la alcaldía de Medellín, Jairo Herrán, cuya misión es velar por los derechos humanos en esta ciudad.
En una entrevista, Herrán alertó de que "los homicidios y los desplazamientos intraurbanos tienden significativamente al aumento, mientras crecen los paros de transporte y la extorsión a todos los circuitos económicos de esas comunidades".
El portavoz de la alcaldía subraya que se "ha documentado más de 400 agrupaciones ilegales y de ellas unas 200 están activas, con un total de 5.000 miembros", dijo Herrán.
Se trata -afirmó- de bandas "conformadas por paramilitares que no se desmovilizaron, por ex paramilitares que entraron a programas de reinserción del Gobierno, por nuevos delincuentes y muchachos reclutados", un drama en el que el narcotráfico siempre está detrás.
La droga "arroja utilidades económicas muy importantes que sirven de imán a los jóvenes", manifestó el portavoz, al destacar que "hay cierta continuidad con el pasado" y referirse a las grandes guerras que se libraban hace 20 años, durante el apogeo del Cártel de Medellín, liderado entonces por el capo Pablo Escobar y cuando esta ciudad era la más violenta de América.
Además, hay "suministro de armas, que están entrando al país en el mercado negro y que no son de fabricación casera, sino sofisticadas, armas de combate, explosivos y pistolas".
"La situación es compleja, es un proceso histórico que viene de años atrás, que ha sufrido mutaciones y que ha dado como resultado lo que tenemos hoy día", se lamentó Ferrán.
En términos similares se expresó Elkin Pérez, director de Con-Vivamos, una organización nacida en los años 90 a iniciativa de los vecinos.
Pérez señaló que "los jóvenes son las principales víctimas" porque son reclutados por los grupos ilegales pero también por el Estado a través de un programa con la Policía Cívica para mayores de 18 años.
Con-Vivamos expresó asimismo su preocupación porque "niños, de diez años en adelante, sean vinculados al conflicto, como víctimas y como victimarios".
En palabras de Pérez, el narcotráfico es el "gran elemento de la violencia", que se desató cuando extraditaron a los grandes capos, quienes "imponían el orden social, económico y político" en las comunas.
Con la guerra entre "Valenciano", "Sebastián" y "Los Gaitanistas", los nuevos señores de la guerra, se ha activado el conflicto, confesaron los propios habitantes.
Éstos se disputan "un poder territorial que pasa por la vacuna al transporte (impuesto ilegal), al comercio y hasta a los mismos habitantes para garantizarles la seguridad", según el director de Con-Vivamos.
En Medellín, "hay 52 lugares de confrontación" y la Policía se alía a uno de los bandos, lo que produce "connivencia y corrupción, ya que la propia Policía entrega armas y ayuda en esa lucha", matizó.
"Ese panorama genera un caos a nivel de justicia y organización, una conflictividad permanente alimentada por la pobreza, hacinamiento, problemas de salud, educación y desempleo", según Pérez.
"Medellín es más surrealismo que realidad, un espejismo", manifestó, en alusión a la transformación que vivió esta ciudad en los últimos años y que la llevó a ser considerada una de las más modernas y pujantes de Sudamérica.
Si bien la violencia se venía registrando meses atrás, en las últimas semanas se ha agudizado en las comunas, los barrios más deprimidos ubicados en las laderas que rodean el centro de Medellín, en el noroeste de Colombia.
A 31 de julio, 2.266 personas habían abandonado sus hogares acosados por la violencia, mientras que los asesinatos ascendían a 1.250, sin contar los registrados en agosto, según el portavoz de la alcaldía de Medellín, Jairo Herrán, cuya misión es velar por los derechos humanos en esta ciudad.
El portavoz de la alcaldía subraya que se "ha documentado más de 400 agrupaciones ilegales y de ellas unas 200 están activas, con un total de 5.000 miembros", dijo Herrán.
Se trata -afirmó- de bandas "conformadas por paramilitares que no se desmovilizaron, por ex paramilitares que entraron a programas de reinserción del Gobierno, por nuevos delincuentes y muchachos reclutados", un drama en el que el narcotráfico siempre está detrás.
La droga "arroja utilidades económicas muy importantes que sirven de imán a los jóvenes", manifestó el portavoz, al destacar que "hay cierta continuidad con el pasado" y referirse a las grandes guerras que se libraban hace 20 años, durante el apogeo del Cártel de Medellín, liderado entonces por el capo Pablo Escobar y cuando esta ciudad era la más violenta de América.
Además, hay "suministro de armas, que están entrando al país en el mercado negro y que no son de fabricación casera, sino sofisticadas, armas de combate, explosivos y pistolas".
"La situación es compleja, es un proceso histórico que viene de años atrás, que ha sufrido mutaciones y que ha dado como resultado lo que tenemos hoy día", se lamentó Ferrán.
En términos similares se expresó Elkin Pérez, director de Con-Vivamos, una organización nacida en los años 90 a iniciativa de los vecinos.
Pérez señaló que "los jóvenes son las principales víctimas" porque son reclutados por los grupos ilegales pero también por el Estado a través de un programa con la Policía Cívica para mayores de 18 años.
Con-Vivamos expresó asimismo su preocupación porque "niños, de diez años en adelante, sean vinculados al conflicto, como víctimas y como victimarios".
En palabras de Pérez, el narcotráfico es el "gran elemento de la violencia", que se desató cuando extraditaron a los grandes capos, quienes "imponían el orden social, económico y político" en las comunas.
Con la guerra entre "Valenciano", "Sebastián" y "Los Gaitanistas", los nuevos señores de la guerra, se ha activado el conflicto, confesaron los propios habitantes.
Éstos se disputan "un poder territorial que pasa por la vacuna al transporte (impuesto ilegal), al comercio y hasta a los mismos habitantes para garantizarles la seguridad", según el director de Con-Vivamos.
En Medellín, "hay 52 lugares de confrontación" y la Policía se alía a uno de los bandos, lo que produce "connivencia y corrupción, ya que la propia Policía entrega armas y ayuda en esa lucha", matizó.
"Ese panorama genera un caos a nivel de justicia y organización, una conflictividad permanente alimentada por la pobreza, hacinamiento, problemas de salud, educación y desempleo", según Pérez.
"Medellín es más surrealismo que realidad, un espejismo", manifestó, en alusión a la transformación que vivió esta ciudad en los últimos años y que la llevó a ser considerada una de las más modernas y pujantes de Sudamérica.
lunes, 4 de marzo de 2013
Guerra de pandillas en Primero de Mayo y El Ferry ahora es por el microtráfico
La reciente muerte a tiros de Elkin Darwin Lizarazo Sandoval, de
17 años, supuesto integrante de la pandilla Los Grasa, que delinque en Soledad,
revivió el enfrentamiento entre esta banda con sus eternos rivales, Los 40
Negritos, que ha dejado muerte y dolor.
Elkincito, como era conocido, fue asesinado de un tiro en la
cabeza el jueves a las 8:30 de la noche en la calle 17B con carrera 50, barrio
Primero de Mayo de Soledad.
Las autoridades investigan la presunta relación del crimen de
Elkincito con el del farmaceuta Samuel Carlos Vallejo Fuentes, ocurrido el
pasado viernes en la calle 7B con carrera 5 del barrio El Ferry, en el que
resultaron heridas dos personas.
Por ese hecho fueron enviados a la cárcel Modelo, Leonel Álvaro
Hernández De la Rosa, de 23 años, y Álex Rafael Guzmán Vanegas, de 22,
presuntos autores materiales del crimen.
Microtráfico, la causa. El mayor William Chavista, comandante de
la Policía de Soledad, informó que los barrios Las Ferias y Primero de Mayo de
Soledad, y El Ferry de Barranquilla, se han convertido en una bomba de tiempo
por la guerra que existe entre las dos pandillas por microtráfico.
“Inicialmente se peleaban por territorios, pero ahora lo hacen
por microtráfico; el problema no es solamente de Policía cuando tenemos una
población oprimida con muchas faltas de oportunidades, lo que hace falta es una
política de acción social hacia ese sector”, señaló el mayor Chavista en
diálogo con EL HERALDO.
El oficial informó que en lo que va del año la Policía ha
capturado a cuatro integrantes de Los 40 Negritos, por los delitos de homicidio
y por porte ilegal de armas, pero por ser este último excarcelable, los
pandilleros quedan en libertad.
La intervención. Franco Castellanos, alcalde de Soledad,
manifestó su preocupación por la difícil situación, a la vez que manifestó la
necesidad urgente de una intervención a por lo menos 15 barrios del municipio,
entre ellos Primero de Mayo, Las Ferias, así como El Ferry de Barranquilla por
colindar con los dos anteriores.
“Estamos haciendo una caracterización de los barrios que hemos
priorizado, para recopilar información de la comunidad referente a las
necesidades que tiene el sector en salud, educación y poder llevarlas a las
mesas de negociación con la Nación y el municipio de Soledad; son situaciones
que estamos llevando en un proceso articulado con el Distrito de Barranquilla”,
indicó el burgomaestre.
Castellanos confirmó que este 28 de agosto llegará a Soledad el
Alto Consejero para la Seguridad, a quien se le rendirá un informe detallado
sobre la situación de las pandillas.
Mujer resultó herida a bala en enfrentamiento de policías y pandilleros
Una joven de 25 años resultó herida de un balazo en la espalda
en medio de un enfrentamiento entre policías y pandilleros que tuvo lugar la
noche del miércoles en el barrio El Bosque, en el suroccidente de Barranquilla.
La víctima fue identificada como Yamelis Juvinao Pinedo y, según
se estableció, fue impactada con la bala cuando permanecía en la terraza de su
domicilio situado en la carrera 7 No. 73C-63, en compañía de su madre y de su
hijo de tres años de edad.
Anyulis Juvinao, hermana de la herida, contó cómo fue ese
horrible momento y lo que, al parecer, ocasionó el enfrentamiento entre
patrulleros de la Metropolitana de Barranquilla y los pandilleros del barrio.
En su relato, la joven dijo que Yamelis y su mamá estaba
sentadas charlando en la terraza cuando escucharon la seguidilla de disparos.
“Lo primero que hizo mi hermana fue salir a proteger al niño, y en esa carrera
recibió el tiro”.
El impacto le entró a Yamelis por la espalda y le salió por el
pecho, rozando uno de sus pulmones.
“Mi hermana se salvó de morir por centímetros. La bala casi le
da en el corazón. Ella fue llevada hasta el Hospital San Ignacio y de allí la
pasaron a la Clínica Murillo. Los médicos dijeron hoy (ayer) que ella se
encuentra estable”, expresó Anyulis, quien luego añadió que los enfrentamientos
entre policías y delincuentes suceden en el barrio con cierta frecuencia por
los altos índices delictivos.
“Las pandillas Los Pepes y Los Vagos se enfrentan mucho con la
Policía. Ellos fueron los que protagonizaron el ataque de ayer.
Golpeada en atraco. Como Eva Ruiz Romeo, de 64 años, fue
identificada el ama de casa que fue atacada a golpes por un atracador en el
barrio El Valle.
Sobre el hecho, la mujer relató que el delincuente, al no
encontrarle nada de valor, la golpeó en el rostro y en las piernas.
“Me golpeó cuando regresaba a la casa. Fue como a la una de la
mañana, yo apartaba un puesto en la Alcaldía para el pago de un subsidio”, dijo
Eva, ayer, en el Hospital General de Barranquilla
domingo, 3 de marzo de 2013
La violencia sigue rondando la Catedral
Fronteras invisibles dividen el atrio de la Catedral Metropolitana María Reina, donde todos los viernes por las noches se reúnen diferentes tribus urbanas y pandillas juveniles que se apoderan de las escaleras y los rincones en las afueras del templo insignia de la religión católica en Barranquilla.
Su presencia genera temor en los visitantes que van a compartir con sus familias, amigos o parejas, no por la apariencia extravagante de estos jóvenes, sino por las riñas que vienen protagonizando, como la ocurrida el pasado 10 de agosto, cuando más de 40 menores se enfrentaron a piedras desde la calle 53 con carrera 46 hasta la esquina de la 50.
En esa ocasión, decenas de transeúntes corrían despavoridos para ponerse a salvo, mientras la Policía Metropolitana perseguía a los pandilleros. En total fueron aprehendidos 30 adolescentes, entre los 13 y 17 años, informó en su momento el comandante de la institución armada, general José Vicente Segura.
Por fortuna esa noche el violento episodio no terminó en tragedia, como sucedió en mayo de 2010, cuando Edward Andrés Castro, de 23 años y estudiante del Sena, fue asesinado a puñal en las escaleras de la iglesia, delante de su esposa y dos amigas. El homicida, Jonathan Hernández Berrío, alumno de la misma institución, trató de escapar por la carrera 45, pero fue capturado por la Policía a dos cuadras de la Catedral.
Colegios sin vigilancia
Ya han sido múltiples los casos de robos de docenas de computadores, elementos audiovisuales y de laboratorio que en los últimos meses se han presentado en los colegios oficiales de la ciudad. a manos de pandilleros que acechan los colegios para robar y hacerles daño a lo estudiantes ,
En diciembre pasado, del Colegio Técnico del Santuario fueron robados 30 portátiles entregados por el programa Computadores para Educar a través de la Secretaria Distrital de Educación. Ya en el presente año, los cacos se robaron 40 computadores de la Institución Educativa San Gabriel, del barrio La Unión.
En otro hecho similar hace pocas semanas la Policía Metropolitana, en una oportuna reacción, detuvo a dos individuos que en la madrugada llevaban en sacos 5 CPU y 6 monitores birlados del Colegio Cotediba de Las Nieves.
Si eso ocurre por la noche, en las horas del día en las escuelas tampoco cesa el clima de inseguridad. A la comisión de dichos hurtos nocturnos se agrega el hecho de pandilleros y delicuentes que aprovechan la no presencia de vigilantes diurnos para merodear las instalaciones educativas y perpetrar asaltos utilizando armas corto-punzantes o revólveres en los que despojan de bolsos, celulares y joyas a estudiantes, profesores y padres de familias. Así mismo acechan depravados sexuales que acosan a los menores o aquellos que hacen ofrecimientos de drogas en las afueras de los colegios, además de los casos de matoneo y enfrentamientos entre pandillas tanto en el interior como a la salida de centros educativos.
Ya esta inquietud ha sido planteada por diversos rectores, padres de familias y por miembros del sindicato de educadores, quienes cuestionan el hecho de que, en el caso de las horas de la noche, en la mayoría de colegios en vez de haber vigilantes ubican en esos puestos a aseadores nocturnos. En el día igualmente son los aseadores diurnos quienes, además de hacer sus funciones de limpieza, son encargados de abrir y cerrar las puertas en ciertas horas picos de la jornada escolar.
En síntesis, lo delicado del asunto es que tanto de día como de noche no existen vigilantes en la mayoría de los colegios oficiales de Barranquilla sino en algunas zonas consideradas de alta peligrosidad. Como tal, en caso de la ocurrencia de un delito se diluyen las responsabilidades de los mismos y, lo más grave de todo, quienes hacen de vigilantes no están dotados con armas ni cuentan con un entrenamiento adecuado para salvaguardar los bienes de la institución ni la integridad de los alumnos dentro del claustro académico y sus alrededores.
La Administración Distrital y la Policía Metropolitana desde mediados del año anterior han venido trabajando en la ubicación de cámaras de seguridad conectadas al Centro de Despacho en 60 colegios donde existen pandillas que amenazan a estudiantes y profesores. Pero mientras este programa se hace efectivo en la totalidad de los entes educativos es urgente que la Alcaldía y la Secretaría de Educación hagan una minuciosa revisión de las políticas para el cuidado de estas instituciones, pues la ausencia de vigilancia no solo atenta contra la seguridad de los alumnos sino también contra el mejoramiento de la calidad educativa en el uso de las TIC y del bilingüismo tan necesarios en esta época del TLC. Se hace igual de importante esa presencia para proteger las millonarias inversiones que el Distrito está haciendo en megacolegios y demás escuelas.
Todo esto requiere de una solución que no da espera. Pero mientras se implementan las medidas tecnológicas de seguridad es necesario que el Distrito tome prontas medidas para salvaguardar las modernas inversiones en su infraestructura educativa, pero además que los operativos de la Policía Metropolitana se intensifiquen a toda hora, en especial en las de entrada y salida de los estudiantes en las diferentes jornadas escolares y durante la noche que es cuando los amigos de lo ajeno más acechan.
sábado, 2 de marzo de 2013
Pandilleros asesinan a albañil en Olaya Herrera
Las pandillas volvieron a hacer de las suyas en el sector La Puntilla, en Olaya Herrera, enlutando a otro hogar.
Esta vez, la víctima es Johnny Barrozo Fernández. El albañil, de 24 años, caminaba ayer, a la 1:30 de la madrugada, cerca de su casa, cuando un pandillero lo tomó por sorpresa y le dio dos balazos en la espalda. Luego, huyó.
Una hermana del joven llegó en su ayuda instantes después. Lo montó en una moto y llevó a la policlínica de Olaya. Pese al esfuerzo por tratar de salvarle la vida, todo fue en vano. Los médicos confirmaron que había llegado sin signos vitales.
La familia del albañil asegura que los pandilleros que lo asesinaron son conocidos por los sobrenombres de ‘Fernel’ y ‘Pico Rula’ y son del sector Playa Blanca. La Policía busca a los responsables del hecho.
Estaban escondidos
Johnny Barrozo era el mayor de dos hermanos y vivía en la calle Miramar, en La Puntilla.
Marlene Díaz, abuela de Johnny, asegura que este era un muchacho laborioso. Recuerda que el sábado le pagaron el dinero de un trabajo que hizo. “Apenas le pagaron llegó a la casa y le dio plata a la mamá para que comprara la comida. Todo el día pasó muy alegre y en la noche decidió tomarse unos tragos frente a la casa con un amigo”, explica Marlene Díaz.
l joven empezó la juerga poco después de las 8 de la noche, y antes de medianoche llegó por un instante a su casa. Su abuela le dijo que comiera, pero este no quiso y le dijo que se iba de inmediato, que al rato regresaba para hacerlo.
“No regresará más”
El albañil siguió tomando con su amigo, pero a la 1:30 de la madrugada, este lo dejó solo por un momento. Al perecer, Johnny Barrozo se alejó de su casa para buscarlo y al pasar una cuadra, se encontró la tragedia.
Vecinos dicen que pandilleros que se escondían detrás de un árbol, frente a la biblioteca Caimán, lo sorprendieron por la espalda y lo balearon.
“Al rato que salió de la casa, luego que le dije que comiera, llegó un vecino corriendo, diciendo que lo habían matado. Mandé a alguien a averiguar la noticia y lo confirmé. Antes que lo mataran me dijo que regresaba pronto, pero ya no va a regresar más. Ojalá los muertos salieran y se les presentaran a los asesinos. No aguantamos más violencia”, relata entre lágrimas Marlene Díaz.
Esta vez, la víctima es Johnny Barrozo Fernández. El albañil, de 24 años, caminaba ayer, a la 1:30 de la madrugada, cerca de su casa, cuando un pandillero lo tomó por sorpresa y le dio dos balazos en la espalda. Luego, huyó.
Una hermana del joven llegó en su ayuda instantes después. Lo montó en una moto y llevó a la policlínica de Olaya. Pese al esfuerzo por tratar de salvarle la vida, todo fue en vano. Los médicos confirmaron que había llegado sin signos vitales.
La familia del albañil asegura que los pandilleros que lo asesinaron son conocidos por los sobrenombres de ‘Fernel’ y ‘Pico Rula’ y son del sector Playa Blanca. La Policía busca a los responsables del hecho.
Estaban escondidos
Johnny Barrozo era el mayor de dos hermanos y vivía en la calle Miramar, en La Puntilla.
Marlene Díaz, abuela de Johnny, asegura que este era un muchacho laborioso. Recuerda que el sábado le pagaron el dinero de un trabajo que hizo. “Apenas le pagaron llegó a la casa y le dio plata a la mamá para que comprara la comida. Todo el día pasó muy alegre y en la noche decidió tomarse unos tragos frente a la casa con un amigo”, explica Marlene Díaz.
l joven empezó la juerga poco después de las 8 de la noche, y antes de medianoche llegó por un instante a su casa. Su abuela le dijo que comiera, pero este no quiso y le dijo que se iba de inmediato, que al rato regresaba para hacerlo.
“No regresará más”
El albañil siguió tomando con su amigo, pero a la 1:30 de la madrugada, este lo dejó solo por un momento. Al perecer, Johnny Barrozo se alejó de su casa para buscarlo y al pasar una cuadra, se encontró la tragedia.
Vecinos dicen que pandilleros que se escondían detrás de un árbol, frente a la biblioteca Caimán, lo sorprendieron por la espalda y lo balearon.
“Al rato que salió de la casa, luego que le dije que comiera, llegó un vecino corriendo, diciendo que lo habían matado. Mandé a alguien a averiguar la noticia y lo confirmé. Antes que lo mataran me dijo que regresaba pronto, pero ya no va a regresar más. Ojalá los muertos salieran y se les presentaran a los asesinos. No aguantamos más violencia”, relata entre lágrimas Marlene Díaz.
Pandilleros roban y destrozan 25 casas por homicidio de joven
Cuando Elvira Berrío Rodríguez llegaba el sábado a su casa, poco después de las 4 de la tarde, se encontró de frente con un grupo de más de 30 pandilleros que con palos, piedras y machetes irrumpían en las viviendas de la manzana 7 y 8 de la urbanización Colombiatón.
La mujer dice que los nervios la invadieron, pero sacó fuerzas y con su hijo de 4 años cargado en brazos, corrió y se metió en la casa de una vecina. Los pandilleros gritaban que querían cobrar la muerte de Luis Carlos Herrera Gómez, quien el domingo, a la 1 de la madrugada, recibió un machetazo en el tórax en medio de una riña que se dio en un baile de picó, en la entrada de Colombiatón.
Tras el ataque, al joven, de 20 años y quien vivía en la manzana 7 de Flor del Campo, lo llevaron en una moto al Hospital de El Pozón. De allí lo remitieron en una ambulancia a la Clínica Madre Bernarda. Para su desgracia, la herida fue profunda y le afectó varios órganos vitales. Murió el mismo día del ataque, en la noche.
Buscaban a homicidas
Luis Carlos Herrera era el quinto de siete hermanos y sus parientes dicen que trabajaba en un aserradero. El sábado en noche salió con su hermano menor a una fiesta en la entrada de Colombiatón. “Mientras estaban en la fiesta un sujeto llegó y empezó a molestar a su hermano menor. Luego, el hombre quería pegarle, pero Luis Carlos se metió a apartarlos y le dijo que no pelearan. ‘Qué, muy sapo’ le dijo el hombre a Luis Carlos y luego sacó un machete y lo atacó”, relata Rosalba Gómez, mamá de la víctima mortal.
Luego que se conociera la muerte del joven el domingo en la noche, jóvenes de Flor del Campo se metieron a Colombiatón en busca de venganza.
Los pandilleros buscaban a dos jóvenes, a los que acusaban de matar a Herrera Gómez. Destruyeron varias viviendas. Robaron en varias de ellas e hirieron a varias personas con piedras y palos. Según lo confirma el general Rodrigo González, comandante de la Policía Metropolitana de Cartagena, también lesionaron a policías que llegaron a controlar la situacion.
roban y destuyen
“Partieron los vidrios de una guardería que está en la manzana 3 de Colombiatón y se metieron. Se llevaron dos computadores de mesa, un portátil y dos millones de pesos, que eran de la matricula de los niños. Cogieron al señor que cuida y le pusieron un machete en el cuello, obligándolo a que entregara sus celulares y todo lo que tenía.
“Partieron muchas ventanas y agredieron a muchos. Robaron equipos de sonido, destruyeron televisores y carros. Cuando se iban decían que regresarían a quemar las casas. Por miedo, son muchas las personas que ya se han mudado”, relata un líder comunal del sector. Mientras tanto, los habitantes de Colombiatón se están armando con machetes y palos para contrarrestar otra nueva arremetida.
La Policía realiza las investigaciones pertinentes para encontrar a los sujetos que participaron en el desmedido ataque y ponerlos ante la justicia. La institución aumentó el pie de fuerza en la zona.
viernes, 1 de marzo de 2013
En marzo alcaldía de Barranquilla inicia proceso social con las pandillas
Cerca de 80 pandillas que se
encuentran concentradas en las distintas localidades que conforman la ciudad,
entraran en este proceso a partir de la primera semana del próximo mes de
marzo, con el propósito que los jóvenes que tienen la voluntad de salir de la
delincuencia puedan tener otra oportunidad sana para salir adelante en sus vidas.
El alto consejero para las seguridad en
Barranquilla Guillermo Polo Carbonell, anunció que terminado con el proceso de
caracterización con estos grupos, donde se ubicaron los sitios donde se mueven
y se encuentran concentrados, viene el proceso para establecer los convenios
con las entidades que se va a trabajar la etapa de socialización.
El trabajo con estos grupos de pandillas se
desarrollará en dos frentes: uno que tiene que ver con las metodologías que
aplica la fundación Ser paz de Guayaquil con quien se firmó un convenio para
este proceso de resocialización con los jóvenes y en segundo lugar el proceso
de prevención de lesiones personales y homicidios que se va a concentrar en los
once barrios donde se está presentando los hechos. Este último funcionó bien en
Chicago y Bostón y a través del Banco Interamericano de Desarrollo se firmará
el convenio en los próximos días.
El problema con las pandillas en la ciudad se ha
agudizado a raíz de las bandas criminales que se han asentado en algunos sectores
y que se han vuelto el brazo derecho de estas estructuras, hasta el punto de
suministrarles armas y vehículos para su movilización. Cerca de 3 mil jóvenes
conforman las 80 pandillas que hasta el momento se encuentran identificadas en
la cartografía que desarrolló la universidad del norte y la del Atlántico.
Polo Carbonell, dijo que pese a que algunos jóvenes
quieren salir de este medio, existen otros que insisten en continuar con su
vida delincuencial tal el caso de los grasas, los 40 negritos y los ubicados en
el sector de la circunvalar. Agregó que las pandillas que no se incluyan en
este proceso deberán enfrentar los controles de la policía nacional y la
judicialización de aquellos que sean capturados por un delito.
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