viernes, 8 de marzo de 2013

En el Santa María Sur ni los muertos descansan en paz


El panorama que presenta el Cementerio Santa María Sur, en la actualidad, es desolado: caminos enmontados, bóvedas destruidas, otras abandonadas a su suerte, ajadas, carcomidas, víctimas de la indiferencia y el abandono. Como si esto fuera poco, el campo santo hoy por hoy, es una especie de centro de operaciones o punto de reunión de todo tipo de pandilleros que aprovechan las zonas enmontadas y el amparo de la oscuridad para cometer sus fechorías.
Algunos vecinos del sector denuncian uso y abuso de drogas en el lugar, saqueo y destrucción de las bóvedas y de osamentas para rituales non santos y otra serie de vejaciones que tienen en alerta a las personas de bien y a los familiares de aquellos que reposan en esta tierra hoy convertida en hotel público, en zona de ‘jibareo’ y en ‘caleta’ para delincuentes y pandilleros.
Ayer lunes amanecieron 6 bóvedas destruidas, los restos de los que deberían estar descansando en paz se asomaban entre los escombros y un olor a muerte se pasea impávido y tranquilo entre las cruces y las flores yertas.
“Aquí entran hacer de todo, los maleantes hacen un atraco y se esconden aquí, esconden la droga, las armas. Se meten a tener sexo, a consumir vicio, mejor dicho hasta a hacer brujería. Vienen a enterrar cosas, a sacar los restos y sobre todo en esta fecha cuando se acerca octubre”, aseguró la líder comunitaria Sonia de Agua, una habitante del sector que además tuvo la oportunidad de desempeñarse durante algún tiempo como secretaria en este cementerio. “Trabajé hace 4 años aquí y habían problemas, pero ahora esto está peor”, afirmó.
Lisbeth Yepes, pertenece a la Junta de Acción Comunal del barrio Santa María y durante el recorrido que realizamos por las instalaciones del cementerio, en ningún momento dejó de lado un gesto de desaprobación que traducía su impotencia debido al mal estado en que se encuentran las instalaciones del cementerio.
“Esto está en un deterioro absoluto. En horas de la noche se convierte en territorio de pandillas y drogadictos. Aquí se roban las varillas de las bóvedas, por eso las revientan, se roban las rejas, las matas, de todo, hacen porquerías de esas de maleficios y eso”, aseguró acompañando sus afirmaciones con un gesto de indignación. Luego agregó que en pocos días la Junta se va a reunir con todos los vecinos y afectados para lograr un acuerdo que termine en la limpieza general de los alrededores del campo santo, la reubicación de sus bóvedas, la pavimentación de los caminos, levantar a un mayor nivel sus paredes divisorias y crear un plan de seguridad que involucre y comprometa a la Policía del cuadrante.
Manuel Figueroa Pérez, es el coordinador y encargado del cementerio desde el año 2004 y según sus declaraciones el mayor de los problemas que presenta el lugar es la falta de seguridad y de vigilancia. “Aquí trabajamos 6 personas conmigo, la secretaria y los demás son los compañeros que hacen las labores de oficios varios y nosotros estamos aquí hasta las 6 o 7 de la noche, después esto queda solo y ahí es cuando los ‘coletos’ y los pandilleros aprovechan y hacen de las suyas”, afirmó.
Figueroa asegura que ellos no tienen en este momento sueldos fijos ni apoyo de ningún estamento por lo tanto sobreviven de lo que salga en el día a día y de ahí mismo se saca para el poco mantenimiento del lugar. “Estamos cansados de solicitar por lo menos un par de vigilantes, un par de guadañas para ir podando el monte pero la alcaldía ni las autoridades nos prestan atención. Esto por la noche es tierra de nadie y ahora que se acerca octubre comienzan hacer sus porquerías la gente que cree en esas cosas, aquí a cada rato uno encuentra muñecos amarrados, bandejas con tarros de talco y berenjenas amarradas y un motón de cosas más”, afirmó. Los restos de la madre de Federico Villalobos reposan en este lugar y las visitas se la han convertido en una desagradable experiencia. “Resulta que los bandidos ya se meten aquí viendo a quien le hacen ‘la vuelta’. Ayer me pillé a 3 y me tocó pararme firme, les mostré el machete para espantarlos. Esto está imposible socio, si ya no se puede descansar en paz ni cuando se está muerto ahí si que estamos jodidos mi hermano ”, aseguró indignado Villalobos.

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